PAC 2028-2034: 7 claves para una agricultura europea más sostenible, resiliente y adaptada al cambio climático

La Comisión Europea presenta su propuesta para la Política Agrícola Común (PAC) posterior a 2027, con un marco más simple, equilibrado y enfocado en la sostenibilidad ambiental, el bienestar animal y la resiliencia de los agricultores europeos frente a los retos climáticos y geopolíticos


La futura Política Agrícola Común (PAC) que entrará en vigor en 2028 marcará una nueva etapa en la historia de la agricultura europea. Según la Comisión Europea, esta reforma busca simplificar los procedimientos, reforzar la sostenibilidad del sector y garantizar que la producción de alimentos siga siendo compatible con los objetivos climáticos y medioambientales de la Unión Europea (UE).

El nuevo marco, que abarcará el periodo 2028-2034, consolida a la PAC como una de las políticas más relevantes del presupuesto comunitario, manteniendo su doble función: garantizar la seguridad alimentaria y proteger el medio ambiente. Se propone así un sistema que combine exigencias ambientales con incentivos económicos, otorgando a los Estados miembros una mayor flexibilidad para adaptar las medidas a sus condiciones locales y nacionales.

1. Una PAC más simple y equilibrada

El eje central de la propuesta radica en un sistema de gobernanza más sencillo que sustituye la actual “condicionalidad” por un nuevo modelo denominado “farm stewardship” (gestión responsable de las explotaciones). Este sistema fija un nivel común de protección ambiental y social en toda la Unión, pero con mayor margen de adaptación a las realidades nacionales y regionales.

Los agricultores que reciban pagos directos de la PAC deberán cumplir estándares ambientales, de bienestar animal y de derechos laborales. Sin embargo, se prevé que las explotaciones pequeñas y ecológicas estén exentas de buena parte de estas obligaciones, reduciendo la carga administrativa sin renunciar a la sostenibilidad.

Este enfoque mantiene el principio de “no causar un daño significativo” (DNSH, por sus siglas en inglés), que orientará todo el gasto del presupuesto europeo durante este nuevo marco financiero.

2. Prioridades verdes y climáticas

La nueva arquitectura de la PAC refuerza sus objetivos medioambientales y climáticos en línea con el Pacto Verde Europeo. Las prioridades obligatorias incluyen:

  • Mitigación y adaptación al cambio climático

  • Protección del suelo y del agua

  • Conservación de la biodiversidad

  • Bienestar y sanidad animal

  • Impulso a la agricultura ecológica y de bajo impacto

La Comisión subraya que la sostenibilidad ya no es un complemento, sino un pilar estructural de la política agrícola europea, asegurando que la producción de alimentos se mantenga dentro de los límites ecológicos del planeta.

3. “Farm stewardship”: la nueva base común

El “farm stewardship” reemplazará el actual sistema de condicionalidad con normas más específicas y menos burocráticas. Los agricultores deberán aplicar prácticas protectoras básicas, pero podrán recibir apoyo financiero directo para costear su aplicación.

Por primera vez, las prácticas obligatorias podrán financiarse dentro de los programas medioambientales, de modo que el cumplimiento de los requisitos no represente una carga económica excesiva. Además, los Estados miembros podrán reconocer la equivalencia entre las prácticas obligatorias y otras medidas voluntarias más exigentes, simplificando la gestión y evitando duplicidades.

4. Acciones agroambientales y climáticas (AECA)

El texto introduce una nueva categoría de acciones agroambientales y climáticas (AECA), que fusionan los actuales eco-regímenes y compromisos agroambientales en un marco unificado. Estas acciones permitirán que los Estados miembros remuneren directamente a los agricultores por sus servicios ambientales, no solo compensando costes, sino también recompensando resultados.

Una de las innovaciones más destacadas es el “pago de transición”, que podrá alcanzar hasta 200.000 euros por explotación, destinado a apoyar cambios estructurales hacia modelos más sostenibles como la agricultura ecológica, la regenerativa o la ganadería extensiva.

Los pagos no estarán vinculados únicamente a los costes adicionales o a la pérdida de ingresos, sino que podrán valorar el impacto positivo real de las prácticas en términos de reducción de emisiones, mejora de la biodiversidad o restauración de suelos degradados.

5. Inversiones verdes e innovación

La Comisión Europea mantiene el apoyo a la inversión en explotaciones agrícolas y forestales, con el fin de mejorar la eficiencia en el uso de los recursos naturales y reducir la huella ambiental. Los proyectos podrán recibir subvenciones de hasta el 75%, y en el caso de los jóvenes agricultores, la tasa podrá alcanzar el 85%.

El documento prevé además que las inversiones elegibles abarquen tanto infraestructuras productivas como iniciativas no productivas (por ejemplo, plantación de setos, restauración forestal o sistemas de riego eficientes).

El apoyo a la innovación, digitalización, asesoramiento técnico y cooperación será una herramienta fundamental para acompañar la transición ecológica, asegurando que el conocimiento y la tecnología estén al servicio del cambio sostenible.

6. Historias ejemplares: transición en la práctica

El informe anexo de la Comisión (Factsheet, octubre de 2025) incluye varios ejemplos reales de agricultores europeos que ilustran los mecanismos del nuevo sistema. Entre ellos destacan:

  • Candela y Manuela, dos agricultoras con 110 hectáreas que recibieron 145.000 euros en tres años para transformar su explotación hacia sistemas regenerativos, con inversiones en maquinaria, plantación de árboles y cobertura de costes de transición.

  • Adela y Tihomir, ganaderos de montaña con 100 vacas y 500 ovejas, beneficiarios de un “paquete de ganadería extensiva” que incluye compensaciones por servicios ecosistémicos y desventajas naturales, además de apoyo para procesar sus productos.

  • Bjørn y Ole, agricultores de una isla del norte de Europa que obtuvieron 194.000 euros para convertir su explotación de 80 hectáreas a producción ecológica, incluyendo la creación de una tienda en la finca y el procesamiento directo de leche de cabra.

Estos casos demuestran cómo la futura PAC busca hacer rentable la sostenibilidad, convirtiendo la transición verde en una oportunidad económica.

7. Impacto presupuestario y seguimiento

La futura PAC contribuirá al objetivo del 43% del gasto total de los Planes Nacionales y Regionales destinado a acciones medioambientales y climáticas. La “arquitectura verde” mantendrá los logros alcanzados en el periodo 2023-2027, pero con una mejor integración de incentivos y medición de impacto, incluyendo indicadores sobre emisiones de gases de efecto invernadero, calidad del suelo, amoníaco y aire.

El seguimiento de resultados sustituirá el control burocrático por una evaluación basada en impactos medibles, alineada con la estrategia “From Farm to Fork” y los compromisos del Green Deal.

Conclusión: hacia una PAC que recompensa la sostenibilidad

La propuesta de la Comisión Europea para la PAC 2028-2034 representa un cambio de paradigma: pasa de una política de subsidios condicionados a un sistema de incentivos inteligentes, centrado en resultados ambientales, resiliencia económica y sostenibilidad social.

El modelo “farm stewardship” establecerá una base común de protección ambiental y social; las acciones AECA ofrecerán un marco flexible y atractivo para la transición verde; y las inversiones y asesoramiento técnico completarán un ecosistema de apoyo integral para el campo europeo.

En conjunto, la nueva PAC busca garantizar que los agricultores sean protagonistas activos de la transición ecológica, no víctimas de ella, asegurando que el futuro de la agricultura europea sea rentable, sostenible y resiliente frente a los desafíos climáticos y geopolíticos del siglo XXI.


Fuente: agronewsCyL

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