Impulso a la concentración parcelaria en Castilla y León

Un total de 91 proyectos de optimización de superficies están en marcha en Castilla y León, sobre 340.000 hectáreas. Junto al empuje al regadío con 30.000 hectáreas más son pieza fundamental para la modernización de los cultivos en la Comunidad

Castilla y León impulsa la modernización de la agricultura con diversos planes de ingeniería agraria centrados en la concentración parcelaria y la extensión y optimización del regadío. La Comunidad autónoma desarrolla en este momento los procesos de concentración parcelaria de 91 zonas en las nueve provincias, con una superficie total de 340.000 hectáreas.

La concentración parcelaria consigue agrupar y reorganizar la propiedad rústica, a la vez que crea una nueva infraestructura viaria de servicio a las nuevas fincas, y realiza obras de mejoras como desagües, saneamientos, regadíos y eliminación de accidentes naturales y artificiales. Consiste, así, en agrupar las parcelas de un propietario –a menudo pequeñas y dispersas por efecto de las divisiones por las distintas herencias consecutivas después de varias generaciones–, en el menor número posible de ellas. A la parcela o parcelas resultante se le denomina ‘finca de reemplazo’.

Se trata de «uno de los elementos que establecen como claves a la hora de promover la actividad agrícola, hacerla más competitiva y favorecer tanto el desarrollo rural como el relevo generacional», apunta la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. «Mediante la agrupación de las parcelas por propietarios, sumadas a las obras de infraestructura rural que normalmente llevan aparejadas, se mejora de forma muy importante la gestión y se favorece una mayor competitividad de las explotaciones concentradas».

Desde la Administración autonómica ponen de manifiesto los diferentes beneficios de las concentraciones parcelarias, que aportan notables ventajas económicas al sector agrícola. En primer lugar, al reducirse el número de parcelas, se logra un mayor tamaño de las mismas que permite un uso óptimo de la maquinaria y los insumos, haciendo más competitiva la producción. Se consigue además una disminución significativa en los desplazamientos (un 44% menos) y un ahorro de hasta el 26% en combustible, informa la misma fuente. Estas zonas mejoradas incentivan una mayor inversión privada alcanzando un incremento del 36% en la inversión realizada por los propios agricultores.

En el ámbito social, las concentraciones parcelarias pueden incrementar el número de incorporaciones de jóvenes en zonas concentradas en un 40% superior a zonas no concentradas. Por otro lado, la creación y mejora de infraestructuras transforma positivamente la vida en el entorno rural. La construcción de caminos, accesos, saneamientos y circunvalaciones no solo beneficia directamente a los agricultores, sino también a toda la comunidad local.

Desde la perspectiva medioambiental, la concentración parcelaria promueve la sostenibilidad ambiental. Se observa una reducción del 25% en las emisiones de CO2 en secano y la creación de áreas destinadas a la restauración natural del entorno. Todo este proceso se planifica de acuerdo con criterios ambientales, integrando las nuevas explotaciones en el paisaje y protegiendo el patrimonio natural desde el inicio.

Aunque las concentraciones parcelarias ser realizan en España desde mediados del siglo pasado –tienen su origen en la Ley de Concentración Parcelaria de 20 de diciembre de 1952 y la creación del Servicio Nacional de Concentración Parcelaria en 1953–, los instrumentos de concentración parcelaria han avanzado haciendo mucho más ágil la gestión.

Con ese objetivo de hacer más ágiles los procesos, de una larga tramitación dada su complejidad, desde la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León se está empleando la nueva herramienta informática que, desarrollada merced a un convenio de colaboración con la empresa vallisoletana Einor, se denomina Concentra y hace que Castilla y León esté a la vanguardia nacional en el impulso a los procesos de concentración parcelaria.

Sistemas GIS

Esta herramienta emplea la tecnología de los Sistemas de Información Geográfica, conocidos como GIS, para relacionar la información de cada parcela (cartografía, superficie, clasificación, situación jurídica, etcétera) con los propietarios de la zona y la información que acredita la titularidad de las parcelas.

El objetivo último es dotar de mayor agilidad y transparencia a todo el proceso de concentración, desde la clasificación de los terrenos e investigación de la propiedad hasta la emisión de los títulos de propiedad, teniendo en cuenta de manera gráfica y visual las preferencias de los propietarios en el momento de asignar los nuevos lotes de reemplazo.

El nuevo sistema se caracteriza por aplicar procesos digitalizados más rápidos y fluidos. Gracias a la automatización, se eliminan errores, asegurando mayor precisión en cada etapa de la concentración. La trazabilidad permite que todos los cambios quedan documentados y accesibles para garantizar un control seguro sobre las operaciones.

Además, la disponibilidad de más información se traduce en mayor transparencia, proporcionando a las personas propietarias y técnicas datos precisos y relevantes que facilitan la gestión del proceso de concentración parcelaria.

En Castilla y León se trabaja con esta herramienta, incluida dentro del programa de digitalización ‘Extensión Agraria Digital’, creado por la Consejería, para incentivar el desarrollo y aplicación de innovaciones digitales en la gestión de las explotaciones agropecuarias de la Comunidad, en más de 60.000 hectáreas repartidas en 16 zonas de concentración de las nueve provincias, informó la Administración autonómica.

Otra de las grandes inversiones en infraestructuras agrarias se destina al regadío. La Administración autonómica programó para esta legislatura la modernización de 30.000 hectáreas de regadíos, una cifra que se ha superado ya, con la inversión de 350 millones de euros en modernización regadíos.

Es un esfuerzo que se traduce en una importante inversión en favor de las condiciones de vida de los agricultores y para asentar población en el medio rural, ya que se calcula que en zonas de regadíos la densidad de población se multiplica por tres, y se registra una mayor incorporación de jóvenes. Por otro lado mejora la competitividad y optimización los recursos hídricos, entre otras ventajas.

Las tres últimas inversiones en modernización de regadíos recibieron el visto bueno en el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León del pasado 4 de septiembre, con una inversión superior a los 32,2 millones de euros para obras en las provincias de Palencia, León y Soria. La inversión más importante, con 14,3 millones de euros, corresponde a las obras de la segunda fase del proceso de modernización y consolidación de los regadíos del Canal de las Vegas de Saldaña, Carrión y Villamoronta, que, ubicado en la provincia de Palencia, permitirá dotar de un nuevo y moderno sistema de riego a una superficie de 2.510 hectáreas.

Ahorro de agua

En concreto, este proyecto, que permitirá disminuir la utilización de agua en más de un 20% y reducir los costes de producción en más de un 30% con respecto a zonas no modernizadas, sustituirá el riego por gravedad por uno por aspersión a demanda, incorporando sistemas de riego presurizado, gestión por telecontrol y el correspondiente sistema de comunicaciones y software. Además, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), va a aportar más de 12,3 millones de euros para las obras de modernización y consolidación del regadío aparejado al Canal de Villadangos, en la provincia de León, las cuáles cuentan con un presupuesto global que supera los 47,4 millones.

Este proyecto, que comprende la segunda fase de modernización de la superficie gestionada por la Comunidad de Regantes del Canal de Villadangos, contempla la transformación del riego por gravedad en riego por aspersión a la demanda en 3.069 hectáreas, beneficiando las explotaciones de un total de 672 agricultores.

La tercera actuación aprobada hoy es la modernización del sistema de riego perteneciente al Canal de Ines y Eza, ubicados ambos en el municipio soriano de San Esteban de Gormaz, con una inversión que alcanza los 5,6 millones de euros y que beneficiará a una superficie de 759 hectáreas del total de las 1.673 que integran la Comunidad de Regantes.

Esta iniciativa, que se encuentra ya en período de licitación, está cofinanciada por el Gobierno autonómico y el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (Feader) del Plan Estratégico de la PAC e integra entre otras, la construcción de la toma y la captación, la balsa de acumulación, la de regulación, la instalación eléctrica y el cruce con el río Pedro.

Las zonas de concentración parcelaria según describe el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), provincia a provincia, son las siguientes:

Ávila

El territorio abulense cuenta con solo cuatro concentraciones parcelarias en la lista de Itacyl. Se trata de las de Adaja, Cillán, El Losar del Barco y El Mirón.

Burgos

Concentraciones parcelarias de Fontioso II, Gumiel de Izán, La Cueva de Roa, San Martín de Rubiales y Nava de Roa, La Nuez de Abajo-Zumel, la zona de Olmos de Pisuerga-Naveros de Pisuerga-Castrillo de Riopisuerga (Palencia-Burgos), Las Celadas, Revilla del Campo, Valdazo, Valles de Palenzuela y Villahoz II.

León

Concentraciones parcelarias de Canal de Villadangos-Canal de Velilla de la Reina, la zona del Canal de Castañón, Presa Cerrajera y Presa Regueras (León); las zonas regables de Bustillo del Páramo, la margen izquierda del Porma-sectores II y III (León), la Ribera Alta del Porma (León) y del Canal Bajo del Bierzo (León); canales de Villares-Presa de la Tierra, del Páramo Alto Demarcación 1, 2 y 3 y del Paramo Bajo Demarcaciones del 1 al 8.

Palencia

Aguilar de Campoo 2ª fase, Becerril del Carpio, Camporredondo-Los Cardaños, Fuentes de Nava II, Itero de la Vega II, los Canales de Palenzuela y Quintana del Puente (Palencia), Olmos de Pisuerga-Naveros de Pisuerga-Castrillo de Riopisuerga (Palencia-Burgos), Osornillo II, Las Vegas de Saldaña-Carrión-Villamoronta, Bajo Carrión, Lantadilla II, Piña de Campos II, San Salvador de Cantamuda, Santoyo-Boadilla del Camino-Frómista II, Tamara de Campos II y Vega del Valdavia.

Salamanca

Concentraciones parcelarias de Ahigal de los Aceiteros, Aldeadavila de la Ribera, Cerezal de Peñahorcada, El Tejado, Hinojosa de Duero, La Armuña Fase I, Lumbrales, Peñaparda, Pitiegua II, Saldeana, San Miguel de Valero, Sobradillo y Vilvestre.

Segovia

Concentraciones parcelarias de Labajos II, Muñopedro II, Sanchonuño-Chañe-Remondo-Fresneda de Cuéllar y Arroyo de Cuéllar (Segovia), Valdevacas de Montejo, Villaverde de Montejo y Gomezserracín-Monte.

Soria

Concentraciones parcelarias de Ágreda, Aldehuela de Agreda y Fuentes de Ágreda, Aldehuelas-Los Campos-Valoria y Ledrado, Gallinero, Hinojosa del Campo II, la Perera; zonas de Campillo de Buitrago D1 a D3, del Canal de Almazán Demarcaciones de 1 a 7, del Canal de Eza-Alcózar D2, del Canal de Eza-Velilla de San Esteban D1, del Canal de Ines D-1, Atauta II, San Esteban de Gormaz II, del Canal de Ines D-2, Aldea de San Esteban II, Soto de San Esteban II y Miño de San Esteban II, Segoviela, Sepúlveda de la Sierra, Valverde de Ágreda, y Vizmanos-Verguizas.

Valladolid

Concentraciones parcelarias de Castronuño II, Valbuena de Duero y Pollos II.

Zamora

Concentraciones parcelarias de Asturianos, las zonas del Canal de San José (Peleagonzalo-Toro-Villfranca de Duero), del Canal de San José – Demarcación 1; Marquiz de Alba, Matellanes, Muelas de los Caballeros, Pobladura de Aliste, Riofrio de Aliste, Sarracín de Aliste y Páramo Bajo Demarcación 6.

Fuente: Heraldo de Soria

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