El ente autonómico compromete ante la Comunidad de Usuarios de Aguas Subterráneas (CUAS) un estudio técnico y económico preliminar así como evaluar las posibles fuentes de financiación, tanto regionales como nacionales o europeos, que pudieran facilitar la ejecución del proyecto
El proceso de modernización de los regadíos en Castilla y León continúa avanzando con nuevos proyectos que buscan mejorar la eficiencia del uso del agua y la competitividad del sector agrario. En esta ocasión, la Junta de Castilla y León, a través del Instituto Tecnológico Agrario (ITACyL), ha anunciado su compromiso con la Comunidad de Usuarios de Aguas Subterráneas (CUAS) del Órbigo-Eria para iniciar los trabajos que permitan modernizar su zona regable. Esta comunidad, que agrupa ocho municipios de las provincias de León y Zamora, cuenta con una superficie total de 1.333 hectáreas y enfrenta actualmente limitaciones hídricas que condicionan su desarrollo productivo.
El director general del ITACyL, Rafael Sáez, se reunió con los integrantes de la CUAS para informarles de los pasos necesarios a seguir en este proceso. Durante el encuentro, explicó que la Junta elaborará un estudio técnico y económico preliminar con el objetivo de analizar las distintas alternativas para la modernización del regadío, así como la posibilidad de acometer una concentración parcelaria que optimice la gestión del terreno. Este estudio, que será financiado y coordinado por el propio ITACyL, permitirá disponer de una base sólida para planificar inversiones futuras y garantizar la sostenibilidad del proyecto.
Una comunidad clave en el sistema hídrico del Órbigo-Eria
La Comunidad de Usuarios de Aguas Subterráneas del Órbigo-Eria se constituyó oficialmente para gestionar de forma conjunta el aprovechamiento de los recursos hídricos en su ámbito territorial. Su área de actuación abarca los municipios de Alija del Infantado, Coomonte, Fresno de la Polvorosa, Maire de Castroponce, Morales del Rey, Santa María de la Vega, Villabrázaro y Villaferrueña. En total, son casi 2.000 parcelas las que integran el sistema, con una concesión otorgada por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) de 5,3 hectómetros cúbicos de agua.
Esta cantidad resulta insuficiente para cubrir las necesidades del conjunto de la zona regable, lo que ha llevado a los agricultores a demandar una modernización de sus infraestructuras que permita un uso más eficiente del recurso. Según explicó Sáez, “la mejora de la competitividad de las explotaciones pasa necesariamente por optimizar los recursos con los que se cuenta, y eso solo es posible mediante la modernización de los sistemas de riego”.
Estudio técnico y alternativas de modernización
El compromiso adquirido por el ITACyL se centra en la elaboración de un estudio técnico y económico preliminar que permita definir las diferentes opciones de modernización. Este trabajo analizará los costes de inversión, las posibles soluciones tecnológicas aplicables, las infraestructuras necesarias y las fuentes de financiación disponibles. El objetivo es disponer de una hoja de ruta clara que permita a la comunidad afrontar el proyecto de forma estructurada, garantizando su viabilidad económica y ambiental.
Entre las alternativas que podrían estudiarse se incluyen la instalación de sistemas de riego a presión, la automatización de redes, la digitalización de la gestión hídrica y la integración de energías renovables para reducir los costes de bombeo. Además, el estudio servirá para evaluar la conveniencia de iniciar un proceso de concentración parcelaria que facilite la reorganización de la propiedad, mejore el acceso a las parcelas y reduzca las pérdidas de eficiencia derivadas de la dispersión del terreno.
Coordinación con la planificación hidrológica
Uno de los aspectos más relevantes del plan anunciado es la coordinación entre la modernización y la planificación hidrológica, de modo que las actuaciones se integren dentro del marco regulado por la CHD y sean compatibles con las políticas de sostenibilidad del agua. Sáez destacó que “la reconversión de la estructura parcelaria es un paso necesario para poder abordar la modernización con garantías, y la Junta acompañará a los regantes en todo el proceso, desde la evaluación técnica hasta la búsqueda de financiación”.
En este sentido, el ITACyL trabajará con las administraciones competentes para explorar vías de financiación tanto a nivel autonómico como nacional y europeo. Entre las posibles fuentes se encuentran los fondos del Plan Estratégico de la PAC, los programas FEDER, el Fondo de Transición Justa y otras líneas de apoyo destinadas a la eficiencia energética y la sostenibilidad en el regadío.
Un compromiso que se extiende a toda Castilla y León
El impulso a la modernización del regadío en el Órbigo-Eria se enmarca en la estrategia global de la Junta de Castilla y León, que mantiene como prioridad la mejora de las infraestructuras hidráulicas y agrarias en toda la comunidad. Según los datos aportados por Sáez, durante la presente legislatura se han iniciado actuaciones de transformación o modernización en 30.000 nuevas hectáreas, con una inversión superior a los 350 millones de euros. Estas actuaciones no solo mejoran la eficiencia en el uso del agua, sino que también incrementan la productividad y reducen la vulnerabilidad del sector frente a las variaciones climáticas.
El director general subrayó que “la modernización del regadío no es solo una inversión en infraestructuras, sino en futuro, sostenibilidad y competitividad”. A su juicio, el uso racional del agua es un elemento clave para garantizar la continuidad de la actividad agraria en un contexto de creciente escasez de recursos y de exigencias ambientales cada vez más estrictas.
Sinergias entre modernización, concentración y sostenibilidad
El proyecto del Órbigo-Eria busca integrar tres ejes estratégicos: la modernización del riego, la concentración parcelaria y la sostenibilidad ambiental. La combinación de estas líneas de actuación permitirá aumentar la eficiencia energética y reducir los costes de producción, a la vez que se mejora la gestión de los suelos y se optimiza el aprovechamiento del agua subterránea.
Desde el ITACyL se considera que esta metodología integral debe servir como modelo para futuras intervenciones en otras zonas regables de Castilla y León, especialmente aquellas que dependen de acuíferos o presentan un alto grado de fragmentación parcelaria. La aplicación de nuevas tecnologías y la digitalización del regadío también formarán parte del proceso, con el fin de avanzar hacia una agricultura más precisa y sostenible.
Fuentes: