El exceso de agua en primavera y la sequía con elevadas temperaturas de agosto han mermado los resultados de los regantes, con una producción baja de patata y con precios ruinosos
La Comunidad de Regantes del Canal de Almazán, que con sus 5.100 hectáreas trabaja con la superficie de riego más extensa de la provincia, da por concluida una campaña que en marzo prometía porque la Confederación Hidrográfica del Duero autorizó la dotación máxima permitida, 6.000 metros cúbicos por hectárea, gracias a las abundantes lluvias del invierno y la primavera que llenaron el embalse de la Cuerda del Pozo, pero que ha quedado truncada precisamente por las tormentas de granizo posteriores que dañaron los cultivos. Tampoco les ha ayudado el calor de agosto y sin nada de agua, sobre todo a la patata, con una producción que «ha dejado mucho que desear».
Lo explica el presidente del Canal, Sergio Muñoz, a modo de balance de una temporada desarrollada perfectamente gracias a las reservas abundantes que permitieron dotaciones muy buenas para desarrollar cualquier tipo de cultivo, pero que las tormentas de mayo y junio dejaron tocada la producción, «tanto por granizo como por encharcamiento posterior».
También han perjudicado las elevadas temperaturas del mes de agosto, sobre todo para la patata, con unos resultados regulares, y además con unos precios «ruinosos», sostiene Muñoz.
Y es que la patata llevaba registrando «dos años de precios buenos», pero en esta campaña han caído en picado, a lo que se suma una mala producción, que «ha dejado mucho que desear». El resto de las verduras y hortalizas se han desarrollado con normalidad, gracias al regadío, pero en cuanto a los precios, hay de todo. De hecho, es en los próximos meses cuando los agricultores tienen que firmar los contratos para la siguiente temporada, y cree que los regantes decidirán los cultivos en función de cómo se queden los precios. «Por ejemplo, el maíz está por los suelos, la remolacha afronta un mal momento porque el azúcar no para de bajar, y en nuestra zona sólo quedamos los socios de Acor porque Azucarera no ha firmado nada esta campaña», explica el presidente del Canal de Almazán.
Ahora hay que ver las condiciones para el año que viene para afrontar la temporada venidera. «Acor suele organizar una asamblea general para principios de diciembre, y hasta entonces está en el aire la remolacha. Si se mantienen las mismas condiciones que las que tenemos ahora sí, pero si vuelven a bajar casi seguro que no pondremos».
No obstante, con el embalse de la Cuerda del Pozo que se encuentra por encima del 62% de su capacidad, las perspectivas en estos momentos son buenas para afrontar la próxima campaña, dado que de su volumen dependerá la dotación permitida para regar en 2026. «Esperemos que vaya bien porque el pantano se encuentra con una buena reserva de agua, pero a día de hoy los pronósticos no son nada halagüeños porque hay sequía en la Cuenca del Duero y si falta nos condicionará en el Alto Duero. Pero lo cierto es que con poco que entre durante el otoño y el invierno todo apunta a que la campaña se desarrollará perfectamente», vaticina Sergio Muñoz.
Mientras tanto hay que ir pensando en qué se va a sembrar. «Si llega febrero y el embalse no ha acumulado más agua probablemente habrá que desestimar algún cultivo».
Porque lo cierto es que desde principios de julio hasta ahora apenas se han registrado 30 litros por metro cuadrado, una décima parte de lo acumulado el año pasado en este mismo periodo, pero teniendo en cuenta que hay reservas el sector está tranquilo. Y es que desde diciembre del año pasado hasta principios de julio en el Canal cayeron alrededor de 450 litros por metro cuadrado, de modo que todavía hay tiempo más que suficiente hasta la primavera para hablar de dotaciones. Una abundante cantidad de agua que obligó a retrasar la campaña de riego por el exceso de agua en las tierras.
Por ello, los regantes de Almazán confían en que la meteorología sea benévola y lleguen cuanto antes las precipitaciones para que la Junta de Explotación del Organismo de Cuenca de nuevo les otorgue el máximo permitido, 6.000 metros cúbicos por hectárea.