Desde la Comunidad de Regantes del Canal de La Maya exigen revisar la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria
La comunidad de regantes del Canal de La Maya desempeña un papel fundamental en la agricultura de la región, gestionando 1.902 hectáreas distribuidas entre los municipios de Torrejón de Alba, Encinas de Arriba, Sieteiglesias de Tormes, Fresno Alhándiga y La Maya. Sin embargo, en los últimos tiempos, sus miembros enfrentan múltiples desafíos que amenazan la sostenibilidad de sus explotaciones.
En este sentido, una de las principales reivindicaciones y preocupaciones que traslada su presidente, José Antonio Alonso, es la situación del mercado y la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria. «Hay que exigir una revisión en la forma en que se gestiona esta normativa, debido a que actualmente se venden productos por debajo de los costes de producción», apunta Alonso.
Una situación que se ha agravado por el aumento en los precios de insumos esenciales como abonos, herbicidas y semillas, que han visto dispararse sus costes en los últimos años. Este escenario pone en jaque la rentabilidad de las explotaciones agrícolas, afectando directamente la economía de los agricultores y la continuidad de la actividad.
Por otro lado, desde la comunidad reclaman igualdad en las condiciones de producción y comercialización respecto a terceros países. En particular, demandan la aplicación de las mismas normas para los productos importados, una medida que consideran esencial para garantizar la competencia leal. Además, proponen reducir los impuestos especiales y el IVA en carburantes y electricidad, con el fin de disminuir los costes de energía y facilitar una competencia más justa.
Por otro lado, un aspecto destacado de la comunidad regantes del Canal de La Maya es su compromiso con la sostenibilidad energética. En este contexto, es la primera que ha logrado ser ‘autosuficiente’ energéticamente gracias al campo de placas solares instalado en sus instalaciones. Una obra pionera en Castilla y León de 1,3 millones de euros, que ha sido sufragada con el apoyo de la Junta y los miembros de la comunidad, que cuenta con 2.840 paneles fotovoltaicos de 380 Wp., sumando 1079,20 KWp. de potencia instalada.
Durante toda la campaña, la energía generada por estas placas cubre las necesidades de riego, lo que supone una reducción significativa en los costes y una contribución a la protección del medio ambiente. «Seguimos avanzando en el compromiso de impulsar la eficiencia energética, especialmente en el uso del agua y la reducción de costes de producción, donde el consumo de energía tiene un peso importante», afirma Alonso.
Además, alza la voz para que fuera de la temporada de riego, la comunidad pueda reducir la potencia contratada y vender el excedente de energía a la red municipal, promoviendo así un consumo más asequible para los vecinos y una mayor sostenibilidad.
Fuente: La Gaceta de Salamanca