El proyecto Soilbio, coordinado por UPA, lanza una guía práctica que recoge los resultados de años de investigación
La salud de los suelos es un factor clave para la agricultura, al que muchas veces no se presta la suficiente atención. Para mejorar el conocimiento sobre los efectos de la salubridad de los suelos en la producción agrícola, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos desarrolla, desde hace tres años, el proyecto Soilbio, en el que también trabajan la Universidad de Córdoba, Universitat de València, Universidad de Cádiz, el IRNAS-CSIC y el CEBAS-CSIC.
Estos tres años de investigaciones con centros punteros en España y que se ha desarrollado en 300 parcelas de 54 agricultores en cinco comunidades autónomas se han resumido en dos guías que ha editado UPA y que ya están disponible para descarga de forma gratuita. Las publicaciones se dirigen a agricultores, especialmente de cultivos herbáceos en extensivo –en los que se han centrado las investigaciones– que quieran conocer las buenas prácticas aplicables en sus parcelas para mejorar su estado.
Esclarecedores resultados
El proyecto ha analizado la salud de los suelos en tres sistemas productivos: convencional, siembra directa y ecológico. Los principales resultados demuestran que los sistemas llamados “sostenibles” –siembra directa y ecológico– logran acumular más materia orgánica en el suelo, lo que mejora su fertilidad y ayuda a mitigar el cambio climático. Los sistemas sin laboreo favorecen la conservación de la estructura del suelo, reduciendo la susceptibilidad a la erosión. El manejo ecológico, con mayor contenido de arcilla y limo, presenta un mejor potencial para la formación de agregados estables.
Sobre la fertilidad, los sistemas sostenibles muestran mayor contenido de nitrógeno y relaciones carbono-nitrógeno más favorables para la mineralización. La cantidad de potasio es significativamente mayor en sistemas sostenibles, demostrando mejor retención de este nutriente. El caso del fósforo es mayor en sistemas convencionales, debido a la aplicación directa de fertilizantes minerales.
El manejo sostenible mejora la actividad enzimática en los suelos y evidencia una microbiota más activa y diversa, con mayor presencia de hongos micorrícicos, lo que mejora la capacidad de las plantas para absorber agua y nutrientes. También se ha analizado la presencia de lombrices, que solo se encontraron en suelos con altos niveles de materia orgánica y sin laboreo, confirmando su valor como indicadores de salud del suelo.
Buenas prácticas para mejorar los suelos agrarios
Las investigaciones del proyecto Soilbio han dado lugar a una serie de buenas prácticas que desde UPA recomiendan seguir a los agricultores. Entre ellas, adoptar prácticas de conservación del suelo: como la siembra directa o el manejo ecológico, para mejorar la estructura y la retención de carbono. También se aconseja monitorear regularmente el estado del suelo: realizando análisis de nutrientes, biodiversidad y signos de enfermedades. Se sugiere igualmente usar enmiendas orgánicas bien compostadas, evitando aplicar materia orgánica fresca o inestable. Igualmente, se propone fomentar la biodiversidad del suelo: mediante rotación de cultivos, intersiembra y cubiertas vegetales.
Otras prácticas como promover el control biológico, reduciendo el uso de fitosanitarios y favoreciendo enemigos naturales, evitar los suelos desnudos y desarrollar estrategias de gestión integrada de nutrientes y fitosanitarios se postulan como prácticas interesantes para mejorar la salud de los suelos.
El proyecto Soilbio cuenta con la financiación de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado por la Unión Europea –NextGenerationEU y el apoyo de Syngenta.
Enlaces para la descarga:
Guía de Buenas prácticas en el manejo del suelo respecto a la biodiversidad
Fuente: agroclm