Los precios pagados a los agricultores y ganaderos en la UE suben un 5,6% en el segundo trimestre de 2025

La agricultura europea vuelve a situarse en el centro del debate económico tras la publicación de los datos más recientes de Eurostat. En el segundo trimestre de 2025, los precios medios abonados a los productos agrícolas de la Unión Europea registraron un incremento del 5,6% en comparación con el mismo periodo de 2024. Esta evolución confirma un cambio de tendencia respecto a la etapa previa de descensos, marcando un punto de inflexión para los mercados agrarios comunitarios.

Un contexto de ligera subida en los insumos

Los bienes y servicios utilizados en la agricultura que no están vinculados a la inversión —como energía, fertilizantes y piensos— experimentaron una subida media del 0,4% entre el segundo trimestre de 2024 y el mismo periodo de 2025. Aunque este aumento parece moderado, refleja una presión adicional para los agricultores, que deben afrontar costes crecientes en paralelo al comportamiento irregular de los precios de venta de sus productos.

Según Eurostat, este ajuste en los insumos responde a dos dinámicas contrapuestas: mientras algunos elementos, como los fertilizantes (+5,6%) y los gastos veterinarios (+3,3%), incrementaron notablemente su coste, otros descendieron, especialmente la energía y los lubricantes (-5,8%), dentro de los cuales el carburante cayó hasta un -10,8%.

Productos agrícolas con fuertes variaciones de precios

El análisis desagregado por productos muestra un panorama muy diverso. Destacan los incrementos espectaculares en artículos de gran consumo y relevancia para la cesta alimentaria europea:

  • Huevos: +27,8%

  • Fruta: +21,1%

  • Leche: +13,3%

Por el contrario, otros sectores sufrieron retrocesos muy significativos:

  • Aceite de oliva: -39,9%

  • Patata: -29,1%

Este contraste ilustra cómo la volatilidad sigue marcando la evolución de determinados productos estratégicos. Mientras la demanda y las tensiones de mercado han impulsado los precios de los huevos, frutas y lácteos, el caso del aceite de oliva responde a una corrección después de los máximos históricos alcanzados en 2023 y 2024, cuando las malas cosechas redujeron la oferta.

Diferencias entre países de la Unión Europea

El informe revela que la subida de precios fue generalizada en la mayoría de los Estados miembros, con Grecia como única excepción, donde se produjo un ligero descenso del 0,1% respecto al segundo trimestre de 2024.

Las mayores alzas se observaron en:

  • Letonia: +21,8%

  • Irlanda: +21,1%

  • Luxemburgo: +18,4%

Estas cifras reflejan no solo diferencias en la estructura productiva de cada país, sino también en las condiciones locales de mercado y en la intensidad de los factores climáticos que afectan las cosechas y la oferta de alimentos.

En cuanto a los insumos no relacionados con la inversión, 17 países de la UE registraron subidas de precios. Los incrementos más destacados se dieron en:

  • Países Bajos: +6,1%

  • Hungría: +5,6%

  • Austria: +2,9%

Por el contrario, los mayores descensos se localizaron en:

  • Chipre: -3,4%

  • Bulgaria: -3,4%

  • Rumanía: -3,1%

Un escenario de contrastes para la agricultura europea

La evolución de los precios agrícolas en el segundo trimestre de 2025 refleja la dualidad que atraviesa el sector: mientras algunos productos encuentran soporte en la demanda, otros se ven penalizados por la sobreoferta o la normalización tras periodos de tensión.

El aumento del 5,6% en el índice de precios agrícolas no se traduce necesariamente en un alivio para los productores, ya que la presión de los insumos persiste y los beneficios dependen en gran medida de la capacidad de trasladar estas subidas al consumidor final.

Perspectivas a corto plazo

De cara a la segunda mitad de 2025, los analistas prevén que el comportamiento de los precios agrícolas continúe condicionado por varios factores:

  • La evolución climática en el verano y otoño, con impacto directo en cultivos como cereales, frutas y hortalizas.

  • La demanda internacional, en especial de productos lácteos y cárnicos.

  • El papel de la Política Agraria Común (PAC) y las ayudas directas para mitigar la volatilidad de los ingresos.

El seguimiento detallado de estas variables será clave para anticipar si la tendencia alcista de los precios agrícolas se consolida o si, por el contrario, asistiremos a una estabilización.

Conclusión

Los datos de Eurostat muestran que la agricultura europea encara un 2025 marcado por fuertes contrastes: subidas muy acusadas en productos como huevos, fruta y leche, descensos drásticos en aceite de oliva y patata, y un contexto de insumos todavía inestable. El reto para agricultores y responsables políticos será mantener la sostenibilidad económica del sector y evitar que las oscilaciones de precios comprometan la viabilidad de las explotaciones agrarias.

Fuente: AgronewsCyL

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